lunes, 2 de mayo de 2016

1 de mayo. Un festivo doble, por favor

"Il Quarto Statto" (El cuarto estado) de Giuseppe Pelliza

El día 1 de mayo se celebró el Día del Trabajo y el Día de la Madre. El primero de mayo se celebra el “Día del trabajo” por su origen en la ciudad de Chicago en 1884, cuando atraparon a un grupo de trabajadores de entre cientos de miles que se manifestaron ese día por el derecho a la jornada a 8h (antes la jornada era de 10, 12 y 14h indiferentemente de si eran niños, mujeres u hombres). Estos sindicalistas, conocidos como “Mártires de Chicago”, fueron ejecutados por haber participado en la huelga.

"La nena obrera" por Joan Planella y Rodríguez
via Museu d'Història de Calatunya

Por otro lado, tenemos a Ann Maria Jarvis, la cual no podía ni imaginar lo que acababa de crear al querer organizar un día para el fallecimiento de su madre. El “Día de la madre” nació como reconocimiento de una hija a su madre y quedó establecido el segundo domingo de mayo en 1914 en Estados Unidos. Cada país adoptó la fecha según su calendario, religión y cultura. Hasta 1965 en España se celebraba el 8 de diciembre (día de la Inmaculada Concepción), ese año se pasó al primer domingo de mayo, por ser el mes de la virgen y mes de las flores.

Fragmento de "Die drei Lebensalter" (Las tres edades de la mujer) de Gustav Klimt

Durante esta semana pasada, a medida que se iba acercando el domingo se veía cómo las tiendas se llenaban de gente ansiosa por regalarle algo a su progenitora. Precisamente el sábado, paseando por un centro comercial, me crucé varias veces con una madre con su hija. La niña, de unos 8 o 9 años, no dejaba de gritar “por favor, por favor”. Por un momento pensé que quería algún juguete o algo parecido, pero a la tercera vez que me las crucé me di cuenta de que le estaba pidiendo a la madre que le dejara comprar un perfume (bastante caro) para el día de la madre. La pequeña quería gastar sus ahorros en un regalo pero no le llegaba el dinero y quería que su madre pusiera una pequeña parte. Sin embargo, la madre no quería porque no tenían mucho dinero. Al final, la madre se acercó a la dependienta y le pidió el más pequeño, la hija dijo: “No, el más pequeño no, que es muy poco para mi mamá”. La dependienta miró a la madre y, haciéndole una señal a ésta, le dijo a la niña: “De acuerdo, te pongo el mediano”. Le dio el pequeño, pero hizo creer a la chiquilla que le daba el tamaño mediano para que se quedara tranquila. Madre e hija se fueron, una con sentimientos confusos (contenta por su regalo, pero angustiada por el dinero) y la otra saltando de alegría y orgullosa porque le había hecho una gran regalo a su madre. 

Ahora yo pregunto, ¿era necesario? En lugar de pasearse varias veces por delante del perfume, ¿no podía haberle dicho la madre que le hiciera un dibujo o algo así de sencillo? El día de la madre es casi un día de obligado consumo que se refleja en el aumento de ventas de moda, complementos y perfumes, tanto en tiendas físicas como tiendas online. Con el tiempo se ha establecido el felicitar a las madre con la compra de un regalo, sí o sí.


Hoy en día vemos normal la sobresaturación de consumismo y publicidad que nos hace pensar que si no haces que una niña se gaste sus ahorros en un perfume caro, no es una buena hija, en lugar de demostrárselo con un dibujo o día a día con un sencillo “te quiero”. La compra obligada de un regalo por parte de los hijos sí que es una práctica consumista que fomenta malos hábitos en los futuros consumidores.


El constante bombardeo publicitario está haciendo que los más pequeños relacionen este día con el consumo puro. Hace que se vean en el compromiso de comprar para demostrar el cariño. En este caso el cariño hacia una madre, cuando lo importante es demostrar ese amor día a día y en concreto el primer domingo de mayo con algún detalle que le recuerde la importancia que tiene una madre en nuestras vidas. Alguna actividad que le haga disfrutar de tiempo en familia, alguna manualidad o algo que combine salud y bienestar son excelentes alternativas que conservan los principios de la celebración. No hay que complicarse tanto.

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